Aunque no lo reconozcamos, constantemente deseamos cosas, mas de lo que imaginamos, consiente o inconscientemente. Creemos tener todo bajo control, pero interiormente hay una gran batalla que dice "no quiero esto" "no quiero que me pase esto" " no deseo pasar por esto". ¿Lo reconoce? es nuestra voz interna que a veces dice todo lo contrario a lo que habla nuestra boca, ¿y que es esto sino un deseo también? Decimos una cosa, pero por dentro es otra. El creer en algo que nos hayamos propuesto no es solo la voluntad de decirlo con palabras sino creer en ello, tener nuestros sentimientos involucrados en ello y no dejar lugar a dudas. Todo en lo que nos enfocamos con pasión y dedicación, sea esto bueno o malo, debemos tener por seguro que sucederá, pero insisto, no solo lo bueno, también lo malo.
Yo crecí en una iglesia cristiana, y comprendí la diferencia entre un deseo real y otro que no tiene poder alguno. Si te arrodillas y pides a Dios por algo, y en tu mente solo hay preocupación y desesperación, eso jamás vendrá. Estos sentimientos son incompatibles con la fe, con el creer y por ende con el enfoque de la mente. Si oras, debes hacerlo con fe, con la convicción absoluta de que sucederá y debes convencer no a Dios sino a ti mismo de que así será.
Si no crees en el Dios de la Iglesia, con el universo sucede exactamente igual, la energía, el poder, el principio es el mismo, ya que finalmente hablamos de la misma fuente. Entonces ¿que señales enviamos al universo? ¿Lo que tememos o lo que deseamos en realidad para ser felices?
En la búsqueda de respuestas me encontré con un maravilloso material el cual me ha servido por muchos años, espero que a ustedes les ayude también. Lo grandioso es que no tiene ningún color político ni religioso, solo verdades científicas y vividas por sus protagonistas.
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