Aferrarse o aceptar el cambio

Hace un tiempo me senté en mi sillón junto a mis hijas para ver la película "Tierra de Osos" ("Brother Bear") Observábamos al protagonista llegar a un lugar en la montaña en donde todo cambiaba mágicamente de un momento a otro, de ser un escenario invernal y frio, a uno primaveral soleado y lleno de flores y que por cierto hace a nuestro protagonista transformarse en un oso. La voz que cuenta la historia habla en un principio acerca de los cambios, y de que en la naturaleza una cosa siempre se transforma en otra. La trama de la película tiene relación con la historia de 3 hermanos de una tribu, que ven frustrada su celebración por un oso que se come los peces reservados para la fiesta. Seguro muchos la han visto. Por lo menos, a mí, me quedó dando vueltas el hecho de que en la película (como en la vida) todo cambia, y efectivamente una cosa siempre se convierte en otra.

En el artículo "Pensamientos reciclados" comentábamos como es posible dar vueltas en círculos dentro de nuestras circunstancias, sin ninguna salida, debido a que nos aferramos a nuestros recuerdos y pensamientos negativos. Lo mismo pasa cuando nos aferramos a nuestro estado actual, cuando no queremos cumplir años, cuando no queremos dejar nuestro estado de comodidad para alcanzar algo nuevo o mejor ya sea en nuestras relaciones o trabajos, etc. Esto sucede cuando nos cuesta asumir que nuestro universo esta en constante cambio y evolución, siempre ha sido así y seguirá siendo así. Una cosa siempre e transforma en otra. Por lo tanto la mejor manera de vivir felices es disfrutar el presente, dar gracias por lo que tenemos, y sembrar para un futuro como lo deseamos, sin desesperarse, sino paso a paso. Lo que pasó ya es historia y ya no existe mas, el solo el ahora lo que tenemos realmente, así es que disfrutémoslo y demos gracias.

¿Como puedo dar gracias por este indeseable presente que estoy viviendo?
Esa es una buena pregunta, y la respuesta es que lo que vivimos hoy es lo que pensamos primero, recuerden que el pensamiento es primero que la acción, por lo tanto podemos hacer un ejercicio muy sencillo y es el de dar gracias. Aunque a primera vista creas que no hay nada por agradecer, créeme que si lo hay, incluso por la posibilidad de respirar y ver la luz de cada día, cuando comenzamos a hacer esto, ayudamos a nuestra mente a despejarse, relajarse y por consiguiente tener la capacidad de crear nuevas cosas para nuestro futuro. Todo lo que somos y vivimos hoy es lo que sembramos ayer.

Mi hija mayor me preguntó hoy en la mañana mientras la llevaba al colegio, si a mi me gustaría que ella no creciera y fuera siempre pequeña, yo le dije que sí, que me encantaría y también le dije que la amaba. Pero lo cierto es que ella crecerá al igual que mi hija menor y no volverán a ser niñas jamás, por lo que solo me dedico a disfrutar cada día mientras las veo crecer sin aferrarme sino deseando lo mejor para ellas.

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